El sector de la construcción ha experimentado una profunda transformación gracias a la incorporación de la inteligencia artificial. Inicialmente, su adopción se veía como una ventaja competitiva, pero en poco tiempo ha demostrado ser una herramienta clave para mantenerse relevante en un mercado cada vez más digitalizado. Hoy en día, la inteligencia artificial se ha integrado en cada fase del ciclo de vida de un proyecto de construcción: desde el diseño y la planificación hasta la gestión de materiales, la ejecución en obra y la comercialización final. Gracias a su capacidad para procesar y analizar grandes volúmenes de datos, la IA ayuda a los profesionales a tomar decisiones más informadas, mejorando la precisión y seguridad de los proyectos. Además, al ser una tecnología en constante evolución, la IA aprende con el tiempo, lo que la convierte en un recurso cada vez más valioso para optimizar el trabajo humano y contribuir a la mejora continua de la industria.
Al mejorar la precisión y la eficiencia en cada etapa del proceso constructivo, la inteligencia artificial también se ha convertido en un pilar fundamental para la sostenibilidad del sector. Esto es importante en un contexto donde los edificios residenciales consumen el 40% de la energía en la Unión Europea y generan el 35% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Así, tecnologías como el Building Information Modeling (BIM), potenciadas por la IA, facilitan la creación de modelos más eficientes y sostenibles desde la fase de diseño. A su vez, los gemelos digitales permiten monitorizar en tiempo real el rendimiento energético de los edificios, ajustando su consumo para mejorar la eficiencia. Además, en la gestión de residuos, la IA ayuda a reducir desperdicios y fomenta la economía circular, evitando que más del 92% de los desechos de construcción terminen en vertederos.
«Hasta ahora, la eficiencia energética en la construcción se basaba en el diseño inicial y en la calidad de los materiales empleados, pero la IA permite ir un paso más allá. Gracias a la integración de sensores inteligentes y algoritmos predictivos, se puede crear fachadas y envolventes dinámicas que ajustan su comportamiento térmico según la climatología, maximizando el confort y reduciendo el consumo energético sin intervención humana», señala José Almagro, director general de Sto Ibérica.
Frente a este reto, los expertos de la filial de la multinacional alemana especializada en la fabricación y comercialización de sistemas constructivos han analizado las cinco aplicaciones tecnológicas clave para impulsar la construcción sostenible:
- Optimización del diseño energético: la inteligencia artificial permite analizar grandes volúmenes de datos para diseñar edificios más eficientes desde el punto de vista energético. Mediante simulaciones avanzadas, la IA puede prever el comportamiento térmico de un edificio incluso antes de su construcción, lo que facilita la elección óptima de materiales, la mejor orientación y los sistemas de aislamiento más adecuados. Este enfoque predictivo reduce el consumo energético a largo plazo, a la vez que minimiza la huella de carbono y optimiza el confort térmico para los usuarios, alineándose con los objetivos de sostenibilidad del sector.
- Uso de la IA en la aplicación del SATE: la combinación del sistema de aislamiento térmico exterior (SATE) con inteligencia artificial permite un mayor control sobre la eficiencia energética de los edificios. Mientras que el SATE mejora el aislamiento de la envolvente y reduce las pérdidas térmicas, la IA puede integrarse con sistemas de climatización inteligentes para regular el consumo energético en función de la temperatura interna y las condiciones climáticas externas. De este modo, se logra un equilibrio óptimo entre confort y eficiencia, reduciendo la demanda energética y favoreciendo un menor impacto ambiental.
- Gestión inteligente de recursos y materiales: la IA está revolucionando la forma en que se gestionan los materiales en la construcción, evitando desperdicios innecesarios y mejorando la sostenibilidad de los proyectos. A través de algoritmos avanzados, los sistemas inteligentes pueden prever la cantidad exacta de materiales necesarios, optimizar su distribución en la obra y priorizar aquellos con menor impacto ambiental. Además, la IA facilita el mantenimiento de inventarios eficientes y fomenta el uso de materiales reciclados o reutilizables, promoviendo una construcción más circular y sostenible.
- Mantenimiento predictivo y mayor durabilidad: gracias al uso de sensores inteligentes y algoritmos de aprendizaje automático, la IA puede anticiparse a posibles fallos antes de que se conviertan en problemas graves. Esto permite realizar un mantenimiento preventivo en tiempo real, reduciendo la necesidad de grandes reparaciones o incluso demoliciones. Al extender la vida útil de los edificios y minimizar intervenciones innecesarias, o recomendando revisiones no planeadas, esta tecnología no solo mejora la seguridad estructural, sino que también contribuye a reducir la generación de residuos y el impacto ambiental del sector.
- Monitorización y gestión de la energía en tiempo real: la IA, combinada con sensores IoT y sistemas de automatización, permite una supervisión continua del consumo energético en los edificios. A través de algoritmos inteligentes, los sistemas pueden ajustar automáticamente la calefacción, la ventilación y el aire acondicionado (HVAC) en función de la ocupación, la temperatura exterior y otros factores ambientales. Esto no solo mejora la eficiencia energética y reduce los costos operativos, sino que también disminuye las emisiones contaminantes, acercando al sector de la construcción a los objetivos de descarbonización establecidos en Europa.