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Resuelve tus dudas sobre las diferentes imágenes médicas
La radiografía, nacida hace más de 10 años, abrió el camino a la imagen médica. Ecografía, escáner, resonancia magnética, permiten ahora hacer diagnósticos más precisos, exámenes menos dolorosos.
A continuación, te ofrecemos en este artículo información sobre estos dispositivos en constante evolución.
La radiografía clásica
Los rayos X se utilizan para visualizar huesos y órganos. En las imágenes, los huesos se ven en blanco y los órganos de color en gris.
En casos que se presenten cálculos urinarios, sospecha de obstrucción intestinal, infección pulmonar, fracturas, evaluación preoperatoria en cirugía osteo-articular, como parte del cribado del cáncer de mama en forma de mamografía, se suele someter a una radiografía, pero es el medico quien lo remite.
Contraindicación: embarazo, excepto en los casos en que el beneficio sea mayor que el riesgo.
Ecografía
Se basa en el uso de ultrasonidos y puede visualizar la mayoría de los órganos, así como las arterias, las venas y los ligamentos. Requiere la aplicación de un gel entre la piel y la sonda.
No utiliza rayos X y permite a las mujeres embarazadas observar el desarrollo del feto.
En casos que se presentes enfermedades de tiroides, patologías venosas importantes (eco-doppler), ictericia, problemas de vesícula biliar, cribado durante el embarazo, exploración de la infertilidad.
Escáner
Como la radiografía clásica, utiliza rayos X. La diferencia es que giran alrededor del paciente, permitiendo obtener imágenes transversales de una zona del cuerpo o de todo el cuerpo.
En casos que se presentes traumatismos mayores múltiples, traumatismos craneoencefálicos, enfermedades pulmonares, o para evaluar la respuesta al tratamiento de ciertos cánceres.
Atención: su irradiación es mayor que la de una radiografía convencional.
Resonancia magnética
La resonancia magnética utiliza las propiedades de los campos magnéticos.
En términos muy sencillos, es un imán muy potente que hace vibrar los «núcleos» de los tejidos del cuerpo. Por ello, este examen es muy ruidoso. Toda esta «agitación» permite obtener imágenes del interior del cuerpo, en dos o tres dimensiones, y detectar lesiones o tumores que no aparecen en una radiografía tradicional. La resonancia magnética no implica ningún tipo de radiación.
En casos que se presentar o sospechar de esclerosis múltiple, epilepsia, lesión medular, riesgo de cáncer de mama genético y para evaluar la respuesta al tratamiento de ciertos cánceres.
Contraindicaciones: hay que discutir cada situación. Sin embargo, este examen no puede realizarse en presencia de un marcapasos o de un dispositivo electrónico implantado, de la presencia de prótesis o de cuerpos extraños que contengan hierro (especialmente en el ojo).
¿Cuál es la diferencia entre una ecografía y una radiología?
La radiología y la ecografía son dos pruebas muy diferentes. Utilizan dos tecnologías diferentes y no diagnostican las mismas dolencias.
Radiología y ecografía: dos técnicas muy diferentes
- Radiografía y rayos X
La radiología es una técnica de imagen médica que utiliza los rayos X para ver el estado de los huesos, los músculos y otras partes «sólidas» del cuerpo.
En la práctica, los rayos X atraviesan el cuerpo y luego crean una impresión fotográfica de la zona estudiada en una película de plata colocada detrás del paciente. El papel de la radiología en la atención al paciente es crucial.
Desde hace algunos años, la película de plata ha sido sustituida por detectores electrónicos que digitalizan la imagen directamente. Los detectores permiten obtener imágenes más precisas y, sobre todo, reducir la intensidad de los rayos X utilizados, ya que son más sensibles que la fotográfica.
No obstante, hay que recordar que la radiología utiliza rayos X que, en dosis elevadas, pueden ser perjudiciales para la salud. Los supuestos peligros de la exposición de bajo nivel a los rayos X nunca se han demostrado, pero como medida de precaución, el personal médico intenta utilizar la menor radiación posible.
- Radiografía y ultrasonido
A diferencia de la radiología, la ecografía no utiliza los rayos X, sino los ultrasonidos. El especialista recubre la zona a examinar con un gel y luego pasa una sonda sobre ella, emitiendo y recibiendo ultrasonidos. El gel se utiliza para reducir la fina capa de aire entre la piel y la sonda, que puede impedir la visibilidad.
Durante el examen, la sonda está conectada a un monitor que permite ver la imagen. El trabajo del especialista consiste en escanear la zona para obtener una visión completa de los órganos que se van a examinar. La ecografía permite entonces una visión precisa de los órganos sin utilizar rayos X, por lo que este método es el preferido durante el seguimiento del embarazo.
Ecografía y radiografía: ¿Qué examen elegir?
Estos dos exámenes son complementarios porque ambos permiten analizar diferentes partes del cuerpo. Como hemos visto anteriormente, el funcionamiento de la radiografía es muy diferente al de la ecografía.
Los rayos X se prescriben cuando el análisis es de un elemento como los huesos. Es preferible para diagnosticar grietas, fracturas o malformaciones de los huesos. Así, permitirá ver la gravedad de la lesión, e identificar el tratamiento adecuado: si es necesaria una intervención quirúrgica o si puede ser suficiente una férula o una escayola.
Los ultrasonidos, en cambio, son más adecuados para los tejidos blandos. Se utiliza en muchos casos: análisis del tiroides, de los tendones, de los riñones, de la vejiga, de los órganos sexuales y de muchas otras áreas.
La mayoría de las veces, permite realizar un examen de primera intención antes de comenzar con pruebas más invasivas. Por supuesto, permite un seguimiento preciso del embarazo para las mujeres embarazadas, con el fin de seguir el correcto desarrollo del feto.